martes, 31 de enero de 2012

Lluvia de infusiones

Lugar: FRATELLO PANINI CAFÉ
Dirección: Suipacha y 9 de Julio
Octubre 2011





  EL BARÓN DE LA CERVEZA

Desde un colectivo vi hace algunos meses en la esquina de Suipacha y 9 de Julio a un potencial candidato para nuestras tardes cafeteras, un recién llegado que prometía a los peñistas grandes satisfacciones. Avisé a los demás y desembarcamos apenas unos días después en Fratello, ni lerdos ni perezosos (bueno, somos lerdos y perezosos, pero bien motivados nos ponemos rápidamente en movimiento). Era una tarde de baja presión, calor y presagio de tormenta, y creo que fue la oportunidad donde Sin Buscapina batió todos los récords de permanencia con casi 6 horas continuas, así que podrán imaginarse que la pasamos muy bien, aunque hay que aclarar que fue porque finalmente la tormenta se desató y tuvimos que hacer un obligado triatlón: café-cena-postre. Fratello es un emprendimiento familiar, tiene muy buen ambiente, la esquina es muy disfrutable, con grandes ventanas para, por ejemplo (como fue el caso de la tarde que lo visitamos), mirar la lluvia caer, ponernos existencialistas y pensar en qué hemos hecho para mejorar el mundo, mientras acompañamos las reflexiones con un cafecito y alguna "minitorta". Hablando del tema, estaban muy ricas, pero realmente eran "minis". Habrá que decir también que no es un lugar muy espacioso: una pareja amiga fue una noche a cenar y tuvieron que esperar un rato por su mesa, aunque en esa oportunidad les convidaron una copa de "champú", un excelente detalle seguramente motivado en que hacía poquito habían inaugurado. Una pena que algunos días después de la visita de Sin Buscapina, Fratello sufrió un asalto con cliente herido de bala incluido. De cualquier manera se han repuesto del mal momento (espero que el cliente también) y es que lugares tan cálidos y familiares, donde a uno lo atienden tan bien no abundan, y cuando se encuentran hay que bancarlos, un par de balazos no van a impedir a los curtidos peñistas que han salido airosos de los más hostiles y sombríos ambientes seguir disfrutando de un lugar tan copado como Fratello. ¡Éxitos!




 EL CATADOR TEMPLARIO


Con paso apurado recuerdo haber llegado esa tarde/ noche de tormentas eléctricas a la citada localización. La hora impidió que me adentrara en degustar el café de modo que opté por un jugo de naranjas exprimido (de verdad) y un tostado que estaba a punto. Inmediatamente me sentí muy cómodo con el lugar que a pesar de ser chico tiene ese aire de "cocina de casa". Y es que en esa zona estaba escaseando un lugar así. La oferta de minitortas me hace acrodar un poco a la del Tostadero Iris, pero definitivamente con otro ambiente donde a modo personal me sentí más a gusto.
Quizás le falta un rinconcito literario (hay una librería a 30 mts muchachos, podrían hacer alguna especie de "alianza estratégica") porque el lugar dá para eso: tardes de otoño con libro en mano, con notebook viendo la gente pasar o con buena compañía. El bajón de la noche: Una flia que eligió el lugar para dirimir sus cuestiones (echándose culpas entre ellos,con llantos incluídos, una cosa patética).
En resumen. pasen por Fratello a darse un gustito, por ahora llévense su lectura.


  












Calificación General



3.6

viernes, 20 de enero de 2012

¡Ojo con la camorra!

Lugar: La Camorra - Fiambrería Restó
Dirección: Ituzaingó 2164
Octubre 2011


  EL BARÓN DE LA CERVEZA


Nuestros colaboradores nos pasaron el dato, y el nombre, la verdad, llamaba la atención. Así que fieles a ese espíritu arrojado que los caracteriza (arrojado a un container de basura a veces), Sin Buscapina llegó en gran número a La Camorra. El lugar tiene tres sectores bien definidos: el restó, que está al frente, muy agradable a la vista e ideal para disfrutar platos que no probamos esa noche pero que quedarán para alguna otra visita; una galería cubierta, y al fondo un patio cervecero con una parrilla. Los peñistas optaron por ubicarse en la galería cubierta, ya que la noche era bastante fresca, pero en el verano ese patio cervecero deberá ser evaluado también. No más ubicarnos, pensamos en la bebida, y en mi caso particular, pensé en los lisos. Primer punto oscuro: no hay lisos, aunque me los prometieron para "la semana que viene". Para cuando lean esto ya deberían estarlos ofreciendo, pero esa noche me quedé con las ganas. El precio elevado de la pinina en botellita verde fue lo segundo que no me gustó, y, en consenso con el resto de bebedores de alcohol, optamos por pedir la Schneider de litro (no habiendo más que dos marcas para optar). Apenas llegó la primera botella, inserta en un recipiente con hielo para conservar su temperatura, se desencadenó un gran debate. Los peñistas, por principios, jamás se dejan caer en frivolidades y discusiones huecas, siempre los intercambios intelectuales giran alrededor de temas trascendentales para la raza humana, así se formaron rápidamente los dos bandos, y cual si se tratara de la pelea Gobierno Nacional-Clarín, unos se encolumnaron del lado de quien suscribe, otros hicieron causa común con Zero Alcohol, abanderado de la facción contraria. El debate tenía que ver con el correcto nombre del recipiente que contenía la cerveza: ¿BALDE -como sostenía Zero y compañía- o FRAPERA -como lo nombraban este humilde servidor y sus fieles-? Dejaré abierto a que los seguidores de Sin Buscapina opinen sobre este punto a los fines de definir un pleito que acabó en tablas. Y hablando de tablas, voy a ir al punto que menos me gustó de la noche: LA TABLA para 4 personas que pedimos algunos, llamada DON VITO CORLEONE. Mi molestia tiene origen en que si pregunto si la picada es REALMENTE para 4 y me sostienen la mirada diciéndome que sí con convicción, que 4 se llenan, y a pesar de que insisto en que somos 4 famélicos peñistas y pido sinceridad en el tamaño de la tabla, me siguen diciendo que me quede tranquilo, que alcanza... y después COMIENDO SÓLO 3 de la picada para 4 todavía nos resulta escasa... A ver, si en lugar de nosotros, peñistas tendientes al uso de la palabra y que transitan un sendero de paz y espiritualidad, hubiéramos sido Don Vito Corleone y tres de sus "muchachos", la historia hubiera terminado con las "tartamudas" saliendo a relucir para limpiar la afrenta de usar el nombre de Don Vito para asociarlo a esa tabla. Teniendo en cuenta el precio elevado, y comparando con otros lugares que hemos visitado, esta picada, creo, fue de las más decepcionantes. Dejo a los otros "compañeros de tabla" que se expresen sobre ella. La Camorra de todas maneras es un lugar visitable, más allá de mi experiencia personal, todo lo demás que se pidió en la mesa era abundante y tenía la mejor pinta. Le auguro éxito este verano, pero tiene cosas a mejorar para que sea una opción que prevalezca sobre las otras muchas que hay en la zona y en Santa Fe en general.

 





  ARMANDO BARREDA


Antes que nada quiero aclarar una cosa, para mi se dice "frapera", el balde es un elemento que asocio a la limpieza. Ahora si, mi impresion de "La Camorra". En principio hacía años que no frecuentaba esa parte de la ciudad así que encontrar el lugar fue para mi casi un juego de memoria. Por otra parte me encontré con otra vivienda típicamente italianizante adaptada a Restó, en este caso muy bien adaptada hay que aclarar. Me gusto el lugar y su ambientación, como señaló el Barón era una noche algo fresca y aun así pudimos disfrutar tranquilamente de la galería, pero el local brindaba muchas mas alternativas, tenías el patio, un living o el salón propiamente dicho, para todos los gustos.
En cuanto a la comida, fui uno de los que optaron por la bandeja y bueno, me quedé con ganas, no era una mala bandeja pero definitivamente no alcanzaba para los que eramos, una pena, porque como ya fue expresado el resto de comidas pedidas fueron mas que abundantes. La atención fue buena y los precios razonables por lo menos de lo que yo consumí. Una mención especial para un detalle, con la cerveza, nada de los conocidos palitos o maníes, sino los clásicos pero hoy raros lupines, que fueron muy bien recibidos. En general quede conforme con el lugar que conocí. Hay detalles, siempre los hay, pero se los adjudico mas a un "estamos empezando" que a otra cosa, un ejemplo: los lisos, que hoy tengo entendido ya hay.  La Camorra es un buen lugar con variedad de opciones para disfrutar, densen una vuelta y prueben, seguro que no salen defraudados.
 


  ZERO ALCOHOL


Restó, palabra con la que no me llevo demasiado bien. Por eso entré con desconfianza, mirando los sillones del frente cual living al aire libre, y las mesas distribuidas en una amplia pero irregular galería cubierta. La atención no fue la mejor, me dio la impresión de que la chica que nos atendió estaba desbordada por la situación, demorando la atención aún cuando el sitio no estaba completo. Que solo hubiese lupines como condimento le restó puntos a la situación: me quedé con hambre hasta la llegada del plato principal: la malograda picada que tan bien describió el Barón. Ver a tanto careta comiendo sushi en los alrededores (tengo una opinión bastante intransigente sobre el tema de la cual no escucharé críticas) también contribuyó a hacer poco agradable la estadía. Pero lo peor vino cuando llegó la cuenta: precios desproporcionados para un servicio que no valía tanto. Y respecto a la discusión FRAPERA/BALDE, no entraré en la trampa pseudointelectual de los otros comensales. La verdad finalmente triunfará.
 

















 Calificación general


2.9