sábado, 11 de mayo de 2013

Un Brigadier que se renueva para bien


Lugar: El Brigadier  
Dirección: (San Martín al 1600)
Mayo 2013



  EL BARÓN DE LA CERVEZA


Si bien la reseña no llegó a ver la luz el año pasado por razones ajenas a la empresa, El Brigadier se había llevado una paliza por parte de los peñistas. La escasa luz -sobre todo-, la eliminación de la parrillada que otrora lo hiciera famoso para dar lugar a la comida gourmet, la pretensiosa modalidad de los "tres pasos para la degustación", los precios exagerados, etc., no gustaron a los implacables peñistas, que en ese entonces supieron ver -a pesar de estar envueltos en la penumbra-, que estaban ante la presencia de "gato" y no de "liebre".
Pero como sabemos también dar segundas oportunidades, a casi un año de aquel fiasco volvimos al lugar, atraídos por el rumor del cambio de dueños y de perfil. Y tengo que decir que no nos equivocamos, amigos peñistas. Si bien seguimos ante un reducto que a la hora de los precios tiene escasa o nula piedad con las escuálidas billeteras del argento promedio, hay que decir que ahí se terminan las similitudes con el Brigadier del 2012. En absolutamente TODO lo demás, me encontré con mejoras sustanciales. Ahora se justifica gastarse unos mangos extra y darse el gusto de comer platos exquisitos -y abundantes-, estar excelentemente atendidos, gozar de en un ambiente tranquilo, MUY BIEN ILUMINADO -y lo destaco- y en pleno corazón del casco histórico santafesino. Ojo, creo que un liso -perfecto, suave y a temperatura justa-, una empanada de carne a modo de entrada, sorrentinos de pollo con salsa carbonara, vino malbec, y panqueques con dulce de leche de postre, por alrededor de un Roca -o Evita, depende de lo que haya salido del cajero- más un Sarmiento, tampoco resulta un precio desubicado en tiempos donde hasta el Ministro de Economía "se quiere ir". 
Para no extenderme demasiado, queridos amigos: visiten este nuevo Brigadier, que ahora sí es una opción seria para cenar con sus parejas, para derivar algún turista que esté de paso por la ciudad, ande por la peatonal y no sepa dónde caer para comer bien, o simplemente para conocerlo y sacar sus propias conclusiones. Si queda lo último de sueldo, apunten para otro lado, pero si los agarra a principios de mes, dénse el gustito, que la vida está hecha para estos pequeños placeres.





ARMANDO BARREDA



Hace algún tiempo supimos visitar "El Brigadier" y fue una de las peores críticas que me tocó escribir y quiso la fortuna que nunca saliese a la luz, es por eso que cuando el Barón y nuestra Condesa nos comunicaron que había nuevos dueños, decidimos darle una nueva oportunidad y valió la pena!! 

Los cambios eran notables y los percibías apenas al ingresar, una buena recepción de parte de la moza de turno, excelente  y cómoda ubicación, muy buena iluminación ambientaban el nuevo "Brigadier". Punto aparte para la dueña quien constantemente iba y venía al tanto de los detalles, eso me gustó porque al final de la velada creo que fue la impronta del lugar, los detalles.
Mientras esperábamos a los rezagados nos pedimos unas empanadas de carne, muy sabrosas y jugosas también por cierto. Para acompañarlas nos inclinamos por unos tradicionales lisos santafesinos y a esto iba con los detalles: primero nos retiraron uno de los lisos, a juicio de la moza no estaba conforme con cómo lo "tiro", era el primero del barril nos dijo y lo cambió; por otro lado estos lisos no venían  acompañados de los clásicos ingredientes pero cuando lo consultamos ella se ofreció a prepararnos unas tostaditas para la espera.
La carta no es muy extensa pero si equilibrada, en mi caso opté por unos sorrentinos de calabaza  con salsa carbonara; para acompañarlos la elección grupal fue un Santa Julia Malbec,  todo muy sabroso.
En resumen, "El Brigadier" dio un auténtico vuelco en atención y calidad conformándose una muy recomendable opción santafesina.

 







 LA CONDESA DESCALZA


Quiso la buena fortuna que me enterara del cambio de dueños de "El Brigadier", y así fue que decidimos, ya no darle una nueva oportunidad, sino empezar de cero; y fue una excelente decisión.
Para empezar, había luz!!! Las mesas tienen una buena separación y tamaño y la atención era demasiado buena para ser verdad, pero era.
En mi caso, llegué tarde para las empanadas, así que fui derecho al plato principal, "Lomo a la Brigadier", pedido que hice con ciertas reservas, dado que soy bastante quisquillosa con el punto de la carne (un poco más que "a punto" pero sin llegar a "cocido del todo"); la moza supo entender y transmitir, lo que se tradujo en exactamente lo que quería comer.
De postre pedí "Crema catalana", que hacía mucho que no comía, y estaba muy rica, a mí me gusta con un ligero toque de ralladura de limón, pero es una cuestión personal.
Un detalle, la moza levantó los pedidos a medida que fuimos llegando, pero no los pasó a la cocina, hasta que estuvimos todos.
Sin dudar, un lugar absolutamente recomendable y al que volveremos en más de una ocasión.













Calificación General




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