Lugar: Monte Líbano Bar
Dirección: 25 de Mayo esquina Crespo
Junio 2012
EL BARÓN DE LA CERVEZA
Si bien esta peña fue técnicamente "cafetera",
poco tuvo de eso. La oferta de Monte Líbano en este apartado no es demasiado
amplia, apenas hay una máquina de expresso como para cumplir, no esperen tortas
o cosas demasiado elaboradas. A lo mejor alguna medialuna y un juguito y
gracias. A veces no hay tiempo para hacer un reconocimiento previo del lugar
como para conocer la onda, simplemente se nos ocurre caer a un lugar por pasar
y verlo desde un colectivo o a la pasada, o alguno lo sugiere y un buen jueves
aterrizamos ahí. Acá le erramos al elegirlo para peña cafetera. Creo que el
lugar debe ser más apto para el cafecito a la mañana, así que ahí sí ténganlo
en cuenta y cualquier cosa esperamos sus comentarios. A la hora que llegamos,
ya el cuerpo del peñista pedía cena o "picada" más que merienda, así
que olvidé rápidamente el café y fui directo a los lisos... pero cuando
esperaba un vaso transpirado, dos dedos de cuello y un escalofrío de frescura,
lo que tomé fue la sombra de un buen liso santafesino... algo desvanecido y a
temperatura más bien "templadita". Fiasco, desilusión. Para
acompañar, a ver si levantábamos la puntería, pedí un tostado a compartir con
mi colega Zero Alcohol. Por el precio me lo imaginaba más generoso, pero hoy en
día no hay que dejar volar tanto la imaginación porque uno se da de bruces con
la realidad fácilmente. 30 mangos por esos cuatro triangulitos míseros me
parecieron demasiado. Como lógicamente el estómago pedía más, llegó al rescate
una milanesa a la pizza con fritas, lo que más me tentó entre la oferta de la
carta. Esta vez el plato estaba más lleno, pero también tengo que señalar que
tanto "mila" como papas estaban un poco excedidas en aceite. La carne
estaba comestible, las papas no me convencieron. Comentaba con mis compañeros
de peña que de todas nuestras aventuras gastronómicas, en lo que refiere a
papas fritas, rescato apenas dos lugares donde comí unas buenas papas:
Recoletos, y Laguna Picada. Los demás, salvo alguna contada excepción (por
ejemplo Molino XXIII, ahora que me acuerdo), para atrás. ¿Tanto cuesta hacerlas
bien?. Tras lo dicho, obviamente no pedí postre, en cambio fui al baño, y ahí
me terminé de convencer que teníamos que irnos. Si alguien jugó a los primeros
Silent Hill, me va a saber entender. Más o menos tenían ese aspecto (ver última foto). Rescato la
atención que fue muy buena, por lo demás, Monte Líbano no me dejó un buen sabor
de boca.
La idea era hacer una pela cafetera, pero lo prolongado de
la hora lo convirtió en una velada nocturna. Así es que terminé pidiendo primero unos tostados (míseros como reflejó el Barón) y luego una
hamburguesa completa con papas fritas. La hamburguesa estaba muy bien, pero a
las papas le faltaban temperatura. Con respecto al lugar, está bien puesto, no
muy amplio, aunque al estar en una ochava todos temíamos que en cualquier
momento algún auto terminara sobre nosotros. El culo me quedó durísmo, igual que las incómodas sillas de madera. Para destacar está la gente que pasaba
el baño y la curiosa forma de "aromatizar" el ambiente.
LA CONDESA DESCALZA
No mucho más para agregar, excepto que si el pobre Don Mufarrege
se levanta de la tumba y ve en qué convirtieron a su querido "Almacén y
Bar Monte Líbano", se muere de nuevo.
Llegué derecho para el "trasnoche", y pedí un
liso, error: Digamos que estaba tibión y el pororó húmedo y demasiado salado.
Después, vino un lomito completo, que estaba quemado y sin aderezo; las papas
fritas, como bien dijo el Barón, estaban demasiado aceitosas para mi gusto.
También yo fui al baño, y me sentí como si hubiera subido a
la máquina del tiempo y visitado Little house on the prairie, lo más parecido a
un retrete en el medio del campo que vi en mi vida.
La atención fue demasiado buena para lo que finalmente
resultó el lugar. En suma, no vuelvo ni aunque me paguen.
Dr NO
Jojojojoj. Me encanta cuando me la dejan servida. Primer
punto: hasta que llegó la chica que atendía las mesas, el pibe detrás de la
barra apenas nos dió pelota. Cuando trajo los lisos para los comensales que
habían llegado antes que yo, a mí me ignoró olímpicamente. Moraleja: vayan
después de las 21 hs si quieren ser atendidos bien. Dos: ¿Tanto cuesta poner
unos manteles y una cantidad adecuada de servilletas de papel? Los baños,
impresentables. Me pregunto a cuántos inspectores de la Municipalidad adornaron
para que les habilitaran el local. Y tres, porque me está agarrando hambre: ¿Treinta
pesos este sanguchito? ¿Ahora viene el otro plato?
Calificación General
2.15
Zero Alcohol me quedó una duda, cuál era la curiosa forma de "aromatizar" el ambiente????
ResponderEliminarJajajaja, menos averigua Dios y perdona, Chuchudáctilo. Haceme caso. :)
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