viernes, 13 de mayo de 2011

Orígenes

Se vienen novedades en Sin Buscapina, y para comprender los cambios, compartimos hoy una crónica sobre los orígenes de las peñas, hace casi exactamente un año, de puño y letra de uno de los socios fundadores.



SIN BUSCAPINA, LOS ORÍGENES DEL MITO Y LA VUELTA A LAS RAÍCES. 

Por El Catador Templario


Revolviendo y ordenando entre papeles, libros, carpetas, encontré un conjunto de cómics de épocas anteriores, cuándo la lecturas asiduas de estos tebeos ocupaban parte de las horas de esparcimiento entre el estudio y demás obligaciones. Título éste que me llamo la atención donde se relataba los inicios de uno de los personajes más famosos que componen el mainstream del cómic americano. El personaje era Wolverine y el cómic era Origins.

Y esto me trajo a cuenta que no se había hecho una reseña con todas las letras del nacimiento de este espacio, que semana tras semana compartimos en el éter de la web. Los días de otoño, fríos, con hojas doradas por doquier y viento silbando entre las persianas, originó el clima propicio para detenerme a redactar estas líneas, y ahí va....

Sucedían unos días muy similares, pasado un año a esta fecha. Transitaba yo por las calles del centro santafesino, en parte peatonal en parte calle con vereda común hacia un destino en el este de la llamada "recoleta santafesina". Iba a tomar una práctica de una disciplina que había comenzado a incursionar desde hacía poco tiempo. La memoria me recuerda que a posteriori de los personajes que van a tomar protagonismo en breve, vivíamos una época de sincronismos. Término acuñado por el psicólogo Carl Gustav Jung, el sincronismo define a la simultaneidad de dos sucesos vinculados por el sentido pero de una manera acausal. Quién quiera estudiar más de esto ruego se remita a Jung o al disco Synchronicity de The Police.

El hecho fue que adelantado un poco a mi horario de clases resolví pasar el rato mirando libros en una librería de calle San Martín, a pasitos de la confitería "Las Delicias". Allí estaba yo entre libros de todo tipo, siempre atento a alguna lectura atractiva. Quiera el sincronismo, el macrocosmos o la pachamama mediante, ingresaron por la puerta del local dos ilustres personajes que en futuro llevarían los seudónimos tan identificatorios de El Barón de la Cerveza y Zero Alcohol.

Luego de las presentaciones y salutaciones de rigor, intercambiamos algunas palabras con quien atendiese el local, conocido de los tres, para luego de despedirlo y situarnos nuevamente en la vereda de la librería. Allí según me comentaron, recalaron luego de haber ido a lo que creían ellos sería la velada inaguratoria de cierto curso en las inmediaciones de la FIQ (facultad de química). Tal curso había sido pasado para la semana venidera, con lo cuál mis amigos decidieron volver sobre sus pasos hacia el centro pero con rumbo indefinido.

Puesto que las circunstancias nos juntaron resolvimos sin mucha palabra celebrar la casua/causalidad sentándonos en algún café.
El primer lugar elegido luego de caminar unas cuadras fue el café Havana situado en la peatonal. No me pregunten porqué, pasamos antes por otros locales pero quizás fue la combinación de buenas variedades de la bebida oscura con una oferta de alfajores de reconocida calidad y otras exquisiteces lo que nos decidió en este sentido.

Entre buena conversación y mejor café la tarde se fue retirando. Salíamos ya, cuando los comerciantes cerraban sus puertas y los cartoneros comenzaban su faena diaria. Antes de despedirnos hicimos una propuesta que sonó como casi una promesa: la de volver a juntarnos la próxima semana. Y desde allí no hubo vuelta atrás.

Nuevas localizaciones fuimos visitando, otros amigos/as se fueron sumando, nuevas charlas y debates se fueron dando. Poco a poco fuimos inmiscuyendo en esa especie de cultura del café que tanto hacen las famas de ciudades como París, Venecia o el mismo Buenos Aires. Pero no hablando del estudio de la planta, sus variedades y calidades y su degustación, sino desde el lado sociológico, desde la amistad y de lo que le sucede a uno cuando "pacta" encontrarse con un amigo a tomar un café.

La mixtura de todas esas cosas se fueron plasmando reunión tras reunión hasta la llegada de las temperaturas más templadas y la necesidad de mudar del Café hacia otras locaciones donde degustar algo que hace tan referente al Santafesino: los Lisos y las Picadas.

Es en el verano y en uno de estos mitines gastronómicos donde nació la idea del blog. Donde nos encontramos como comentario de mesa resaltar las virtudes y los defectos de cada sitio que visitábamos y donde surgió hacerlo extensivo al resto de la gente.

Hoy vuelven las corrientes de aire frío y esa necesidad de acercarnos a nuestros orígenes. Por lo tanto nos encontraremos haciendo reseñas de lugares recomendados donde, antes del atardecer y a posteriori de la jornada laboral, uno puede sentarse a leer el vespertino, navegar en internet o disfrutar de la compañía de amigos/as. Eso sí. Con una taza de café en la mano.

2 comentarios:

  1. El Catador Templario17 de mayo de 2011, 10:53

    Muy buena a nueva estética! me dan ganas de tomarme un expresso. Saludos!

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  2. El Barón de la Cerveza17 de mayo de 2011, 11:34

    Este jueves te sacás el gusto. Coincido que está muy buena la nueva estética. Mérito absoluto de Zero Alcohol. Me sumo a las felicitaciones públicas.

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