martes, 8 de marzo de 2011

City no tan Bella

Lugar: CITY BELL
Dirección: Urquiza y 3 de Febrero
Febrero 2011


  EL BARÓN DE LA CERVEZA

 Enclavado en Urquiza y 3 de Febrero, en el que fuera mi barrio por muuuchos años, este lugar me sorprendió para mal en un sentido fundamental para un peñista: el precio. Para estar en el lugar en que está, las tarifas son exageradas. Probablemente no hubiera salido mucho más caro sentarse en cualquier lugar de la Recoleta. La oferta de la carta tentaba igualmente. La picada City Bell prometía ser épica, y para meter tanto ingrediente como se anunciaba, calculo que debe estar pensada para 6 personas. Esa noche éramos tres y nos decidimos por una picada más normal y para 4 personas pensando en que teníamos hambre. Dimos cuenta de ella con ferocidad, con lo que ese "para cuatro personas" quedó como una promesa de campaña, probablemente contagiada por los vecinos legisladores que deben ser habitués del lugar. Aclaro que antes de la picada "para cuatro personas" habíamos comido una hamburguesa gratinada a modo de entrada... e igualmente la comida alcanzó apenas para engañar el estómago. Los lisos a un precio normal, y estaban bien fríos. Con respecto al lugar, poco espacio en la vereda, muy cerca las otras mesas y la calle. El sol de la tarde calienta el suelo y a la noche todavía se sufre. Probablemente se esté mejor adentro en un día de mucho calor. Público heterogéneo, pero más tirando a lugar elegido por la veteranía. Poco ambiente peñista.Huimos rápidamente, ahuyentados por los precios y por los mosquitos insaciables oriundos de los prados del Palacio Legislativo, que esa noche estaban más voraces que los legisladores e incluso que los peñistas. Ellos fueron los únicos que no se pudieron quejar del menú.


  ARMANDO BARREDA

 Bien, llegué como casi siempre a los apurones por razones laborales. Ya el resto de los peñistas estaban presentes y de hecho habían pedido unos lisos y hamburguesas para esperarme, a lo que me sumé enseguida. El lugar es medio nuevo y me habían recomendado llegar temprano porque que se llena, y tenían razón, al rato estaba completo. La atención no es mala, es media, podría ser mejor. Con respecto a la comida, pedimos hamburguesas gratinadas y una bandeja de la que no dejamos nada. En mi modesta opinión es un lugar promedio, justo. El recuerdo de la noche se lo llevan sin duda los mosquitos que no nos dejaron ni un minuto de tranquilidad. Es la primera vez que veo al mozo con la bandeja y ofreciendo repelente a los clientes, pero bueno, no es culpa del local sino de nuestro clima.


  ZERO ALCOHOL


Por los precios, pareciera un lugar pensado para sacarle la plata a los políticos de la cercana Legislatura y para hacer selección de comensales (mucha gente grande se vislumbró esa noche). Un reducto no muy recomendable para peñistas. El mozo fue atento, pero su timidez impidió la deseable conexión comensal-proveedor de cosas ricas. La carta es variada y amplia, pero cuando el vital alimento llegó (hamburguesa y picada, en un tiempo promedio), el volumen no estuvo a la altura de los billetes que hubo que desembolsillar. La gaseosa (recuerden que soy el abstemio del grupo) podría haber estado más fría. La esquina, por otro lado, resulta medio chica para la cantidad de mesas instaladas, y ubicada en un lugar donde el paisaje urbano no es demasiado atractivo. Y lo peor de la noche, algo de lo que no podemos hacer responsable al local, fue el insoportable calor y los mosquitos instalados estratégicamente en vasos y comida, esperando ser llevados a la boca para picar sin piedad. Literalmente salimos corriendo.


 



Calificación General 



2.73

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